Dios es un completo hombre de negocios

La Divinidad te ha dado los pequeños placeres del mundo, pero se ha guardado la dicha para El. Para conseguir la dicha más elevada, tienes que ir hacia El, y sólo hacia El.

¡No quieras hacerte el vivo con la Divinidad y tratar de engañarlo! La mayoría de tus plegarias y rituales son sólo una tentativa de engañar a la Divinidad. Tú tratas de dar lo mínimo y lograr lo máximo de la Divinidad y El lo sabe. El es un comerciante astuto. El te engañará mucho más a ti. Si vas por debajo de la alfombra, El irá por debajo del piso.

Sé sincero en tus intenciones. No trates de burlar a la Divinidad. Una vez que consigas la dicha, entonces todo el resto es gozo. Sin la dicha, no permanecerá la alegría en ninguna cosa del mundo.