Hay dos instintos básicos en los seres humanos y estos han estado contigo en todas tus vidas

Hay dos instintos básicos en los seres humanos, uno es comer, el otro es el sexo. Estos han estado contigo en todas tus vidas, cuando eras un animal y ahora como ser humano. Has nacido de estos dos – comida y sexo.

Es tan hermoso que en este país (India), ambos están conectados con la Divinidad. La comida está conectada con Dios. En los Upanishad se dice: “La comida es Dios”. Cuando consideras la comida como Dios, no comerás de más. No comes solamente comida preparada, sino que comes comida con mucho honor. Ningún festival en India es sin comida. Y cuando vas a un templo, la primera cosa que te dan en Prasad. Prasad en una porción de comida muy pequeña que es compartida en el templo. La comida está conectada con Dios.

De la misma manera, el sexo está conectado con Dios. De otra forma, mantienes el sexo aparte y piensas que es tu vida material que está separada de Dios. Pero aquí en India, la gente antigua, relacionaban sexo con Dios de modo que ningún aspecto quedara por fuera de Dios. Un instinto básico no puede permanecer por fuera de Dios.

Cuando honras el sexo y lo consideras parte de la Divinidad, tus obsesiones desaparecen, la lujuria desaparece y sobreviene lo sagrado. Y el instinto básico, se transforma de lujuría agresiva a amor sumiso.

Este es un pensamiento antiguo. Pero algunas personas están usando mal el yoga para disfrute de los instintos carnales. Esto está equivocado. Es un disparate. Debería ser todo lo contrario. Cuando hay instinto carnal, transformarlo en una experiencia interior Divina.

Hay una hermosa palabra en sánscrito llamada Atma Rati, unión con el propio ser, regocijarse en el propio ser.

Hay dos cosas, Prakriti (la naturaleza) y Purusha (la consciencia). La naturaleza y la consciencia interactúan todo el tiempo. Tu cuerpo y tu alma – tu cuerpo es femenino y tu alma es masculina. De modo que este acoplamiento sucede todo el tiempo, y ver la unión dentro de uno mismo es Samadhi.

Por eso Samadhi es considerado mil veces más feliz que los instintos carnales. Cualquier disfrute que el sexo dé, Samadhi es miles de veces más disfrute, porque no hay esfuerzo, y no hay acción en él. Es Ser y sólo Ser. Por lo tanto, sólo la Gran Consciencia, el juego y la presentación de la consciencia llega a uno, llega a la experiencia de uno. Esto es muy hermoso.

No dejes ningún rincón de tu existencia lejos de la Divinidad. La Divinidad debería ser incluida en todos los aspectos de tu vida, y esto se llama Brahmacharya, lo cual significa moverse con el infinito, uniéndose con el infinito.

¿No es hermoso? Es conocimiento muy profundo y elevado. Si no lo aprehendes en el momento, no importa, sigue escuchando y continúa entendiéndolo, y un día, dirás: “¡Ah, de eso estaba hablando Guruji!”

Entonces, aquí (en India) cuando vas a cualquier templo en cualquier lugar, encuentras los dos aspectos – Shiva y Parvathi, que simbolizan a Prakrati y Purusha, consciencia y material Esto es para reconocer primero la dualidad, y a partir de allí, ver la unidad. No hay dos, no son diferentes, pero son caras de una misma moneda. Tú estás completo.

¿Qué significa? Que eres ambos, mujer y hombre. Salir de este rótulo “Yo soy un hombre”, “Yo soy una mujer” – salir de tu identidad, esto es Vedanta, la filosofía más elevada del universo.

Nos identificamos a nosotros mismos: “Yo soy un hombre”, “Yo soy una mujer”, “Soy inculto”. Tira esos rótulos. Lo que permanece es la pura consciencia. Nunca digas “Yo soy consciencia”. Sólo debes saber que eres consciencia sin decirlo. No vayas por ahí diciendo “Yo soy nada”.

Adi Shankar una vez dijo: “Aquellos que se autodesignan como algo, son tontos, y los que se etiquetan como nada son más tontos todavía.” El que es nada, no habla, sólo permanece quieto. ¿Cómo puedes decir: “Soy nada”, cuando estás diciendo algo? No podría haber nadie diciendo “Yo soy nada”. Entonces, mantente quieto.

Cuando consideres los instintos básicos de comida y sexo como sagrados, la agresión en ti desaparecerá y la entrega descenderá. La gratitud y el amor surgirán en ti.

Esto sucede cuando un devoto y la Divinidad se vuelven Uno. ¡Se han fundido en Uno!

Es fascinante, ¿no es cierto?