No debemos atar a alguien a su culpa

Un día, un Swamiji que tenía un colegio dental grande, vino a nuestro Ashram. Dijo que necesitaba con urgencia 150.000 rupias, y que las devolvería en dos semanas.

Yo pensé que ya que él lo necesitaba urgentemente, quizá para algún templo u otras cosas, debíamos prestárselo, y eso hicimos. Pasaron seis años y él no devolvió el dinero. Yo dije: “¡De eso se trata!”

Le dije: “Swamiji, si hubieras pedido una donación, te habríamos dado una donación. Pero pediste un préstamo. Entonces, ahora tienes que devolverlo.”

Esto lo hice porque no quiero que un Swami sea llamado estafador. En realidad, hay pocos Swamis honestos en este mundo. Y este swami necesitaba que se le diera una lección.

Le pedí a mi gente que no cediera. Que golpearan a su puerta todos los días hasta que lo devolviera. ¿Por qué habría de ser disculpado?  Nosotros usamos cientos de miles de rupias construyendo casas para los pobres, pero dar por caridad es otra cosa.

Si alguien se comporta deshonestamente contigo, necesitas atraparlo, no importa cómo de grande sea esa persona. Y, al mismo tiempo, no importa cómo sea la persona, no debemos ser irrespetuosos con ella. No es bueno ser irrespetuoso con nadie.

Le pedí a mi gente que lo trataran con mucho respeto y que le pidieran que devolviera el dinero de la misma forma en que se le había prestado, con mucho respeto y honor, pero él se rehusó. Finalmente, tuve que hablar con él. Le hablé de una manera muy directa. El se sintió muy avergonzado y prometió devolver el dinero.

Asegurarse de que otro no cometa un error, o sea impulsado a cometer un error, es también una cualidad sátvica. Esta cualidad debe estar presente en todos nosotros. Una persona rajásica, se sentará quieto y observará cómo otro comete un error, y después dirá: “Miren, él cometió un error.”

Había un santo que regañaba a cualquier persona que viniera a él con alguna queja referida a otra persona. El decía: “¿Así que has estado esperando que él cometiera un error, así  podías venir y quejarte? 

Yo lo llamo la Mentalidad del Supervisor. Esperamos que alguien cometa un error; después nos quejamos con el patrón, así quedamos bien con él. El patrón pensará bien de nosotros y castigará al que se equivocó.”

De modo que, tomar ventaja del error de alguien es una cualidad asúrica (demoníaca) y tamásica. Guiar o proteger a alguien de modo que no cometa un error, es una cualidad sátvica! Tu nuera comete un error y tú vas y te quejas con tu hijo. En cambio, antes de que tu nuera cometa un error, guíala de modo que no lo cometa – esta es una suegra sátvica!

Aún si un error se comete, no hacer que la persona se sienta culpable, es una cualidad sátvica. Mucha gente disfruta haciendo que otros se sientan culpables. Esto pasa mucho también entre esposo y esposa. Así lo he escuchado y también lo he presenciado. “¡Por qué me hiciste esto! ¡Yo tengo razón, tú no la tienes!” La distancia avanza en una relación cuando se hace que el otro se sienta culpable.

Un gurú nunca deberá hacer esto a un discípulo. “Estás equivocado; eres estúpido, yo estoy en lo correcto. Aprende de mí.” El nunca deberá decir esto. Un guru toma siempre al discípulo como parte de él, y lo guía con el ejemplo.

“Ven, mi querido, tú eres parte de mí. Obsérvame y tú también crecerás y llegarás a ser como yo.” Establecer un ideal a seguir por el otro, y no inducir culpa en él – eso es habilidad, es un arte. Elevar a la persona de manera hábil es la tarea de un Guru. Esto es cuando ambos, el gurú y el discípulo son de naturaleza sátvica.

Si el discípulo es tan insensible que no es capaz de aceptar consejos, y no sigue las instrucciones al pie de la letra, entonces, algunos Guru, fuera de la compasión, pasan al enojo. Pero aun así, no hay garantía de que funcione.

He visto muchas veces que después de gritar y gritar, finalmente el gurú cambia su naturaleza, aunque el discípulo cambie o no. A cambio el discípulo influye en el Guru, y el Guru permanece tenso todo el tiempo.

Hay un dicho en Telugu – Un profesor de música le dice a los alumnos: “He perdido mi prestigio enseñándoles. No hay aprendido nada, y yo no he olvidado nada.” Como regla a seguir, el maestro debe olvidar todo el conocimiento después de haberlo enseñado a los alumnos. ¿Por qué? Porque cualquier cose que no haya olvidado se vuelve un cautiverio para la próxima vida. Entonces lo mejor es aprender y luego, olvidarlo todo. ¿Cuándo hay que olvidar? Una vez que lo hayas enseñado a alguno, habrás ganado el derecho a olvidar.

El conocimiento es como el jabón. No hay nada más purificador que el conocimiento. Pero si te sujetas a él, se volverá ignorancia y arrogancia. Por eso hay que aprender y olvidar. De modo que, si la música que hemos aprendido permanece impresa en nuestra mente, se convierte en un problema en las próximas vidas. Volverse hueco y vacío, esa es la regla.

Un discípulo gana respeto cuando está asociado con su Guru. La gente generalmente dice que este es el discípulo de este o ese Guru. Y esa es la razón por la que el maestro pierde respeto cuando los estudiantes no aprenden. Ahora en este mundo hay toda clase de gente y pasan todo tipo de cosas. De modo que no debemos mantener a alguien como culpable. El mensaje importante de hoy es que debemos ser un ejemplo para otros y no hacerlos sentirse culpables.